Diseñamos en función a que nuestra creatividad sea útil para nuestros clientes, que realmente les sirva, nos gusta ver resultados de nuestro trabajo. Al diseñar siempre tenemos en mente: ¿A quién le estamos hablando? ¿Cómo nos comunicamos con esa audiencia? ¿Qué «hace click» con ella? Estamos convencidos que cuando diseñamos productos, páginas web, publicidad, empaques, etc a quién debe gustarle es a quién va dirigido, para que el diseño o la comunicación sea efectiva.
Al diseñar procesos nuestra filosfía es la misma, los procesos deben ser lo más sencillos posibles para que funcionen, claros y simples. Cuando tenemos un proyecto de diseño de procesos, pensamos: ¿Quién lo va usar? ¿Cómo le facilita su trabajo y alcanza los objetivos? Siempre pensamos en el perfil del puesto que lleva a cabo el proceso.